sábado, 5 de julio de 2008

Amnesia


Buenoooo, ya hace casi tres meses que no escribía por aquí. No voy a decir lo típico: que tenía la mente en blanco, que no he tenido tiempo... aunque lo segundo está más cercano a la realidad que lo primero. Lo cierto es que no me he sentado en serio. Se me han ocurrido un montón de cosas para escribir pero no las he cristalizado aquí; es una pena; pero así es la vida.

La realidad de las relaciones sociales es que siempre recordamos las malas y olvidamos las buenas. Es una especie de tipex mental corrosivo que nos puede suceder en un momento u otro de nuestra vida. Nos olvidamos de las personas que dejan buenas huellas pero siempre nos acordamos de las que en alguna ocasión nos han dado algún que otro puntapié, sea queriendo o sin mala intención. Incluso las personas que nos han influenciado para bien, nos han fallado. ¡Qué triste que veamos siempre lo negativo y no seamos capaces de tener un atisbo de compasión! ¡Qué triste que nos olvidemos de nuestra naturaleza humana y nos creamos super héroes venidos de otra galaxia donde todos son perfectos! ¡Qué triste que veamos siempre la paja en el ojo ajeno y nunca la viga en el nuestro propio!

Tengo en mi mente la cantidad de personas que de alguna manera u otra han influenciado en mi vida, y quiero recordar lo bueno que han sembrado en mi corazón: la rosa y no la espina. Siempre van conmigo en los caminos de mi vida. Algunas, todavía me acompañan... otras, caminan a mi lado aunque no las vea asiduamente. Las llevo en el recuerdo... cargo con ellas en mi interior y agradezco a muchas que en momentos especiales de mi vida hayan estado ahí... algunas siguen estando de cerca... otras... de lejos... pero siempre conmigo. Y la verdad es que no las quiero soltar... aunque algunas me hayan soltado a mí... yo no las quiero soltar.